Tengamos mejores conversaciones
Una guía educativa para las personas nativas de países que reciben personas expatriadas.
Hola. Me he dado la tarea de explicar, de una vez por todas, las frases que erosionan mi vida cotidiana. Sé que no estoy sola. Somos millones de personas las que decidimos partir de nuestros países en búsqueda de una vida mejor. Solo el que se ha ido de su lugar de origen, sabe lo que significa soltar la identidad. Dejar que el presente desdibuje lo que alguna vez fuiste, para hacerle espacio a la persona que decides ser cada día.
El que se ha ido de casa, desarrolla la compasión. Hacia si mismo, y hacia los demás. Cultiva la paciencia, abraza las decepciones. El problema comienza cuando empiezas a interactuar con las personas del país donde llegas, y te das cuenta de que no compartes los mismos problemas.
Los primeros años de mi vida en Francia, me encantaba decirle a todo el mundo que yo era venezolana; que en mi país los árboles tienen las hojas verdes durante todo el año. Que los mangos se caen de los árboles, y que a veces hasta se pudren en el suelo. Que en mi ciudad natal, Barquisimeto, hacen 30°C los 365 días del año. En fin, yo disfrutaba genuinamente mostrar mis raíces a través de mis palabras. Cada vez que interactuaba con desconocidos, se desarrollaba más o menos el mismo guión:
-Il vient d'où votre petit accent? (¿de dónde viene tu acentico?)
-Oh, de Venezuela (con una gran sonrisa en mi cara)
-¿Dónde queda eso, al lado de Chile?
-No no no, al lado de Colombia, y arriba de Brasil.
-Ah, Colombia. Entonces, ¿la droga transita por tu país? ¿Cómo están las cosas con tu presidente, Maduro es que se llama?
-...
A continuación, mi mente se quedaba en blanco. Yo no sabía qué responder, y me daba pena ser "grosera". El tiempo me hizo darme cuenta de que tengo derecho a poner límites respecto a mi vida de expatriada, y a no hablar de temas que me incomodan. Poco a poco, me empecé a dar cuenta que esas ganas locas de compartir mi cultura, se fueron apagando. Primero, porque las conversaciones casi siempre terminaban en preguntas que solo tienen respuestas incómodas. Segundo, porque muchas veces, las personas solo me preguntaban para expresarme sus conocimientos sobre el tema. O lo que es peor aún: para juzgar al pueblo venezolano con insolencia. Más de una vez he tenido que escuchar: "¿y por qué no hacen una revolución, y sacan al presidente con todo su gabinete?"
Ay, verdad. ¿Cómo no se me ocurrió antes?
Un día, mientras trabajaba en el restaurante que me permitía pagar mis estudios de arquitectura, las ansias de compartir mi venezolanidad se oscurecieron. Una cliente me preguntó si extrañaba mi país.
Me faltó el aire. Suspiré tan fuerte. Se me cerró la garganta, se me aguaron los ojos. CLARO QUE EXTRAÑO A MI PAIS IDIOTA, pensé. Pero respondí: claro, todos los días de mi vida. En ese momento entendí: hay personas que hacen preguntas bien-intencionadas, pero no saben que sus palabras pueden taladrar el corazón.
Entonces aprendí a cerrar la puerta a las conversaciones que tienen el potencial de arruinarme el día. Hoy quiero compartir contigo una guía básica sobre temas que son sensibles para los expatriados venezolanos. De esta manera, la proxima vez que alguien insinúe abrir un sendero que te puede llevar a la nostalgia, tu le podrás mostrar este post y decirle: mira, esto es lo que tienes que hacer si realmente te preocupas por mí 🐣
Utilizaré Francia como ejemplo, puesto que es el país donde vivo. Preguntas que debes evitar, si eres nativo del país que recibe migrantes:
1/ Oye, ¿cuánto tiempo tienes viviendo en Francia?
2/ ¿Desde cuándo no vuelves a Venezuela?
3/ ¿Cuánto tiempo tienes sin ver a tu familia?
4/ ¿Cómo están las cosas con tu presidente?
5/ ¿Cómo está la situación política de tu país?
6/ ¿Cómo está la situación económica de tu país?
7/ Il vient d'où, ton petit accent ? *
8/ ¿Tienes planeado volver a Venezuela? ¿Cuándo vuelves?
9/ ¿Cuál es tu estatus legal en Francia?
10/ ¿Por qué tu familia no viene a visitarte?
11/ ¿Extrañas Venezuela?
12/ ¿Qué país prefieres, Venezuela o Francia? - ¿De verdad me vas a hacer esta pregunta?
Aquí van algunas frases que también debes evitar a toda costa si eres nativo:
1/ Los latinos son como los españoles, ¿verdad?
2/ Todos los latinos se parecen
3/ En todos los países latinoamericanos hay problemas de droga, educación y corrupción
4/ Estados Unidos domina toda Latinoamerica
5/ Los latinoamericanos tienen que liberarse de los Estados Unidos
A continuación, voy a dar una explicación exhaustiva de por qué, según yo, estas preguntas/frases están todas fuera de lugar. También te daré tips sobre cómo navegar estas conversaciones, y qué preguntas hacer si a la persona nativa de verdad le importas.
La primera reflexión que un nativo puede hacerse a si mismo antes de entablar una conversación con un expatriado, debería ser: ¿el comentario que voy a hacer nutre la conversación? ¿Qué gano yo, y qué gana mi interlocutor al yo hacer esta pregunta?
Vamos con unos ejemplos concretos:
1/ ¿Cuánto tiempo tienes viviendo en Francia ?
¿Para qué quieres saber cuanto tiempo tengo yo viviendo en Francia? ¿Qué le aporta este conocimiento a tu vida? ¿Cómo te nutre? Yo te voy a responder: estoy instalada en Francia desde el 2018. Y después, ¿qué? ¿Qué argumento tienes para responder a esa información?
¿Te das cuenta?
Es una pregunta que solo nutre tu curiosidad. A mí, como interlocutora de la conversación, no me aporta nada. Y tampoco le da pie a la conversación para ahondar en temas interesantes. Hacer esta pregunta pone el foco en mí, y en mi situación como expatriada. No hagas esta pregunta cuando nos estamos conociendo. Si yo quiero hablar de mi vida en Francia, el tema va a salir sin que nos demos cuenta. Respeta la privacidad.
2/ ¿Desde cuándo no vuelves a Venezuela?
La lógica es la misma: no te aporta nada saber cuándo fue la última vez que fui a mi país natal. Pero esta pregunta tiene otros matices: empiezas a tocar la tecla del dolor. Cuando estás expatriado, muchas son las razones por las que no has vuelto a tu país: falta de dinero, inestabilidad laboral, estatus migratorio, situación política complicada, et cétera. Imagínate que le haces esta pregunta a una persona que pidió asilo politico en Francia.
Spoiler alert: un refugiado político no puede volver a su país de origen hasta que el gobierno actual caiga. Eso quiere decir que tu interlocutor se fue de Venezuela, y no sabe cuándo pueda volver. ¿Te imaginas el dolor de responder a tu pregunta?
No pongas el foco de la conversación en la situación de la persona expatriada. Hay muchos otros temas sobre los cuales hablar cuando estas conociendo a alguien. Si estimas a la persona expatriada, no le preguntes desde cuándo no vuelve a Venezuela. Mejor pregúntale si hay algo en que puedas ayudarla. Toma la iniciativa, sé portador de soluciones.
Yo no he vuelto a Venezuela desde que me fui, en el 2018. Tengo mucho tiempo sin leer las noticias a profundidad, porque me ponía en un estado de ansiedad profundo, me sentía maniatada. Con un pie en París, y un pie en Caracas. ¿Y para qué? Yo decidí construir mi vida en Francia, y aunque amo Venezuela con todo mi corazón, también tengo derecho a ser feliz. No tengo por qué saberlo todo. El umbral para soportar la incertidumbre venezolana es distinta para cada persona. Cada quien pone un límite ahí donde le hace bien.
Que me preguntes "¿desde cuándo no vuelves a Venezuela?" hace que piense en todas las cosas que extraño, y que no sé cuando voy a volver a experimentar. Mi familia y mis amigos están regados por el mundo; volver no significa reencontrarme con todas las personas que amo.
3/ ¿Cuánto tiempo tienes sin ver a tu familia?
Yo intento ser comprensiva, pero esta pregunta es insolente. La expatriación está acompañada de mucha soledad, y aunque poco a poco construyes una base relacional sólida, la nostalgia te juega malas pasadas de vez en cuando. Desde que me fui de mi país, hay personas de mi familia que han fallecido. Hay familiares que se fueron de Venezuela después de mí. Sobrinos que no veo crecer, tías y tíos que no veo envejecer.
Hay personas que ya no están. Hay casas que se han vendido. En fin, espacios físicos donde crecí que ya no puedo habitar, porque ya no le pertenecen a mis familiares. Personas a las que no puedo volver a ver, porque dejaron de existir y no les pude decir adiós. Cuando me preguntas: "¿cuánto tiempo tienes sin ver a tu familia?" revuelves todos los ácidos gastricos de mi panza.
No lo hagas.
Si algun día quiero compartir contigo desde cuándo no veo a mi familia, te lo voy a hacer saber. Guárdate tu curiosidad hasta que yo me sienta cómoda para compartir la respuesta a esta pregunta.
4/ ¿Como están las cosas con tu presidente?
...
Si te interesa el tema, investiga por tus propios medios. Yo no soy un periódico para informarte sobre la actualidad de mi país.
5/ y 6/ Situación política y económica del país
Just, don't. Aplica el consejo que te acabo de dar en la pregunta 4. Investiga por tus propios medios si de verdad el tema te interesa. Preguntarme sobre la política y la economía de mi país es echarle sal a la herida.
En múltiples ocasiones, yo me daba la tarea de abrir la puerta político-económica y tratar de explicar la situación, solo para darme cuenta minutos después de que el interlocutor que tengo al frente no le interesa realmente la situación de Venezuela. Lo único que quería era abrir un portal para permitirse dar su opinión sobre una situación que ni siquiera conoce.
A veces hasta ponía en duda las experiencias que yo viví en carne propia. Ojo, no todas las personas reaccionaban de esta manera, pero volvemos a un tema que evoqué al principio: no compartimos los mismos problemas, entonces para ellos es inconcebible entender la situación que tú viviste en tu país de origen.
Sus cerebros no computan. No tienen suficiente memoria RAM en la computadora 😅
7/ Il vient d'où ton petit accent ?
Esta pregunta en español se traduce a: ¿de dónde viene tu acentico?
Ohlala. Qu'est-ce que ça m'énerve cette question.
Esta pregunta es todo lo que está mal. TODO. Primero, porque señalas que tengo un acento al hablar. La pregunta pareciera ser inocente, y tal vez tus intenciones son buenas, pero repito: es una pregunta que busca saciar tu curiosidad sobre mi vida personal, y no le aporta nada a la conversación.
Yo te respondo: de Venezuela. Aja, ¿y ahora qué? A continuación, hay personas que se atreven a decir: ah, pero hablas muy bien francés.
????????????
Oui, je sais. Claro que hablo bien francés, soy inteligente, dedicada, perseverante. Hablo muy bien francés, inglés, español y si me aplico, portugués también. ¿Tú cuántos idiomas hablas?
No señales mi petit accent. Yo hablo 3 idiomas con acento hispano, ok. Pero con mi petit accent, puedo comprender una vasta población, intercambiar ideas, tocar corazones. No pongas el foco de la conversación en lo que me falta, sino en lo que nos aporta relacionarnos.
8/ ¿Tienes planeado volver a Venezuela? ¿Cuándo vuelves?
Por favor, no. De nuevo, esta pregunta es tan sensible como la número 2. Todo lo que tenga que ver con volver a mi terruño me acongoja. Tal vez no sea la misma situación para todas las personas que estamos fuera. Hay personas que van a Venezuela al menos una vez al año, se recargan de espíritu caribeño y vuelven a sus países de acogida frescos como una perla caribeña.
Pero este no es el denominador común de todas las personas que estamos afuera. Las situaciones familiares son distintas, complejas, inexplicables. No metas el dedo en la llaga, a menos que tu interlocutor se sienta comodo de compartir estos temas contigo.
9/ ¿Cuál es tu estatus legal en Francia?
Esta es una pregunta que, en los primeros años, me encantaba responder. Yo explicaba, debatía, hablaba con propiedad del tema. Rápidamente me di cuenta de que, de nuevo, los nativos y los expatriados no tenemos lo mismos problemas. Cuando naces en Francia, tienes acceso a tu cédula de identidad y a tu pasaporte francés (entre otras cosas) y das por sentado tus derechos, que para las personas expatriadas no son derechos, sino privilegios.
Entender el tralalá de un estatus migratorio que te permita vivir en paz en Francia, no es para mentes cerradas. Y no todas las personas quieren entender cómo funcionan los procesos administrativos para los extranjeros en Francia. Y eso está bien. Pero entonces, no me preguntes cuál es mi estatus legal.
Tú no sabes cuantas lágrimas hay detrás de una tarjeta de residencia. De un proceso de visado. Cuánto dinero un expatriado ha tenido que invertir en abogados y papeles para respirar tranquilidad.
Deje quieto al que esta quieto.
10/ ¿Por qué tu familia no viene a visitarte?
Por múltiples razones, Florian. Razones que solo me conciernen a mí.
Aunque esta pregunta es menos común que las anteriores, me he tenido que enfrentar con ella. Y es difícil, porque sé que las personas que la preguntan no lo hacen con mala intención. Pero a fuerza de toparme con preguntas que me cierran la garganta, he aprendido a poner límites ahí, donde sé que no quiero profundizar. No hay nada mas sano que un "oye, no me apetece hablar de eso en este momento" y punto final.
Si la persona que tienes en frente te aprecia, va a respetar tu decisión aunque no la entienda. Eso ya es tremendo signo de empatía. Humanidad.
11/ ¿Extrañas Venezuela?
¿Sí?
¿Para qué me haces esta pregunta?
Ponte en mi lugar. Cuando tu te vas 2 semanas de vacaciones Tailandia, al final de la segunda semana ya estás añorando un croissant. ¿Qué te hace pensar que yo, que tengo 6 años sin pisar suelo veneco, no extraño comerme una cachapa con queso 'e mano?
Conclusión: sí, sí extraño Venezuela. No, no quiero que me lo preguntes.
12/ ¿Qué país prefieres, Venezuela o Francia?
La respuesta corta es: no prefiero ningún país, los amo a los dos.
La respuesta larga tiene varios matices. Primero, Venezuela es el país que me vio nacer. El país donde pasé los primeros 20 años de mi vida. Los primeros sabores, abrazos, miradas los viví en este lugar. La relación entre mi cuerpo y el mundo exterior: el sol, el calor. Mi relación con la musica caribeña, con los eventos familiares, con la forma de bailar. La sonrisa suelta.
Venezuela constituye el zócalo de quién soy. Pero yo soy más que eso. El zócalo de un edificio puede restaurarse, puedes agregar nuevos materiales para reforzarlo. Francia representa ese refuerzo a mis cimientos. Trabajar en París le ha dado TANTO a la persona que soy hoy. No hay lugar al que vaya en donde no me sienta orgullosa de vivir aquí. Si Venezuela es mi Itaca, Francia es mi odisea eterna.
Segundo, Francia es el país que me ha recibido desde el 2018. Aquí me hice una adulta. Entendí lo que significa cuando las personas mayores te dicen que la vida es un regalo. No hay nada más sabroso que darse cuenta de que estás a cargo de ti mismo. Bueno, es sabroso y escalofriante al mismo tiempo. En Francia aprendí que las respuestas a mis preguntas se encuentran dentro de mí.
Y vaya regalo.
Tercero, que vivan la arepa y el croissant. No tengo por qué escoger entre una cosa o la otra. Que viva el legado de Simón Díaz y Edith Piaf.
Frases que hacen referencia a Latinoamérica
No voy a decorticar cada frase que expuesto antes porque todas hablan más o menos de lo mismo. Grosso modo, generalizar la cultura latina es un acto de profunda ignorancia. Es el equivalente a decir que todos los asiáticos son chinos. Es de mala educación, de poca sensibilidad permitirse tales comentarios.
Sí, pueden haber similitudes. Pero el folklore latinoamericano es rico, diverso y vasto. Desde México hasta Argentina hay un sinfín de colores. En el 2017, Natalia Lafourcade sacó el primer volumen de su álbum "Musas, un homenaje al folklor latinoamericano". Hizo su propia versión de "Tonada de luna llena", de nuestro queridísimo Simón Díaz, un clásico del folklore venezolano. La primera vez que la escuché se me pusieron los pelitos de punta. Musas es un abreboca a la diversidad latinoamericana.
A todo el que crea que Latinoamérica y España son la misma cosa, los invito a escuchar Musas. Es un antes y un después.
En conclusión, lo que tengo para decir sobre estas frases incomodas relativas a Latinoamérica, España y los Estados Unidos es que todos somos ignorantes, pero no todos ignoramos las mismas cosas. Hace bien saber de dónde venimos, honrar nuestras raíces; pero que no se nos olvide que estamos en constante construcción. Somos una obra de arte que no se termina nunca. Somos un collage de experiencias.
Si alguna vez te has tenido que topar con estas preguntas o estos comentarios incómodos, te abrazo. Lamento que las personas a tu alrededor no hayan tenido suficiente delicadeza para ponerse en tus zapatos.
Hoy podemos cambiar esa narrativa juntos. A continuación, te propongo una nueva lista de preguntas. Hay algunas preguntas que me han hecho, hay otras que quisiera que me preguntaran. Agrega a estas lista todas las preguntas que quisieras que te haga la próxima persona que estás a punto de conocer.
Cosas que puedes preguntarle a un expatriado para una conversacion bonita
Te comparto las respuestas a las preguntas que a mí me mueven el corazón. Agrega tantas preguntas como quieras, y comparte tus respuestas conmigo (si te sientes comodo, claro está).
1/ ¿Qué es lo que más te gusta de Venezuela?
La alegría. Las ganas de vivir que tiene su gente, a pesar de las circunstancias.
Los mangos. Las naranjas. La guayaba.
La Ciudad Universitaria de Caracas. La Casa Caoma, Villa Planchart.
2/ ¿Qué te hace sentir orgullosa de ser venezolana?
Tener al Mar Caribe frente a mis narices. El sol abrasador.
La sonrisa fácil, los piropos, la vegetación frondosa y abundante.
3/ ¿Cuál es tu artista venezolano favorito y por qué?
Artista contemporáneo: Julio Mesa (fotografo de arquitectura + street photography).
Artista moderno: Gego (Gertrud Goldschmidt, artista alemana naturalizada venezolana)
4/ Nombra una obra literaria venezolana que te haya dejado sin aliento
Doña Bárbara, de Rómulo Gallegos.
5/ ¿Hay una canción venezolana que te haga sentir en casa?
La vaca mariposa, de Simón Díaz.
Así era que tú querías, de Armando Martínez.
6/ ¿Cuáles son los aportes notables de la comunidad científica venezolana para Latinoamérica, para el mundo entero?
Si conoces cientificos venezolanos contemporáneos, me encantaría que los compartas en esta publicación.
7/ ¿Cuál es tu poeta venezolano favorito?
Andrés Eloy Blanco.
Ida Gramcko.
Conozco poco sus obras, pero me encantaría profundizar en ellas.
8/ ¿Cual es tu ciudad favorita de Venezuela? Muéstrame fotos, quiero conocer tu pais.
La isla de Margarita.
9/ ¿Qué es lo que más te gusta de la cultura venezolana?
Que la alegría de vivir se siente en nuestros ritmos, danza y colores.
10/ ¿Es verdad que la caída de agua más alta del mundo se encuentra en Venezuela? ¿Cómo se llama? Muéstrame fotos, quiero conocer.
Sí, se llama Salto Angel, o Churún Merú. Apareció en la película Up, de Disney.
¿Te das cuenta de la gran diferencia entre estas preguntas, y las preguntas que debes evitar? Hay un océano que las separa.
Las primeras son preguntas punzantes, que no dan pie a un intercambio de información generoso. Mientras que las últimas 10 preguntas que te propongo, son un clavado a las aguas de la exploración. El expatriado comparte lo que más le mueve, y el nativo recibe un mundo nuevo al que no tenía acceso. Siempre y cuando estas preguntas vengan desde un interés genuino, con una escucha atenta. Primorosa. Unos ojos que miran al expatriado con atención, sin desviarse por las notificaciones de su smartphone.
Todas estas preguntas son nutritivas, el intercambio de informacion es bilateral. Ambos salimos de la conversacion aireados, con aliento para respirar, con información que alegra el corazón. Y sin embargo, dependiendo del estado de ánimo del espatriado, a veces hasta estas preguntas pueden doler responder. Ten paciencia con un expatriado.
Te deseo que cada día tengas más conversaciones bonitas. Te lo mereces.