Cómo la expatriación enriquece tu carrera profesional - parte 1
Irse de casa. Llevarse la vida en una maleta. Empezar desde cero. Si has emigrado, sabes el dolor que conlleva partir. La desconexión contigo misma. La visión nublada de no saber a dónde vas.
Expatriarse también es expandirse. O al menos así he decidido verlo yo. Y al expandirte, creces en todos los aspectos de tu vida. Aunque migrar pareciera poner en pausa tu vida durante los años que te tardas en estabilizarte en nuevo país; en realidad, estás ganando experiencia y en consecuencia, mayor confianza en ti misma.
Después de haber pasado por empleos tan diversos (guía de campamentos de verano, mesonera polivalente, arquitecta e informática) puedo decir que uno de los puntos clave en cualquier trabajo, es la influencia del estado mental de las personas que trabajan contigo. Tu propio estado mental puede ser un aporte valioso, o una fuente de problemas. ¿Por qué te digo esto?
Bueno, porque poco importa el oficio en el que te desenvuelvas. Si las personas a tu alrededor tienen un estado mental que no se complementa con el tuyo, va a ser muy difícil hacer avanzar los proyectos. Habrán fricciones, debido a las diferencias de visión. Y aunque las diferencias representen un elemento de diversidad y riqueza, el ambiente laboral tiene que proveer una cierta apertura para que la multiplicidad de visiones pueda existir y hacer brillar lo que nos separa, que es también lo que nos une.
Una persona que se ha expatriado, sabe que no existe una sola verdad. Su sistema de creencias se ha tambaleado al irse de su casa; le ha tocado cuestionar lo que daba por sentado, y ponerlo bajo la lupa del nuevo sistema cultural en el que se inserta. Una persona que emigra sabe que dos personas pueden pensar distinto y ambas tener razón. Todo al mismo tiempo.
Una persona que se ha expatriado, sabe transmitir sus ideas cambiando el ángulo de su comunicación de acuerdo al interlocutor que tiene al frente. Cuando te vas de tu país y te insertas en una nueva sociedad, rápidamente te das cuenta que la forma que usabas para comunicarte en tu país no puede ser la misma que utilizas en tu país de llegada. Estas diferencias de comunicación se acentúan aún más si hablas un idioma distinto a tu lengua materna. Por ende, una persona que ha migrado, ha aprendido a modular su discurso.
Seguiré describiendo los que para mí son algunos aportes concretos de la expatriación a la carrera profesional en el próximo post.