Cómo la actividad física impacta tu vida profesional

La persona promedio en Francia pasa 8 horas diarias trabajando, 8 horas durmiendo. Nos quedan 8 horas del día para comer, movernos en el medio de transporte de nuestra preferencia, relacionarnos con nuestros seres queridos, preparar el día siguiente y... hacer algún tipo de actividad física.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda un mínimo de 5 horas a la semana de ejercicio para mantenernos saludables. Sascha Fitness, por su parte, nos cuenta en uno de los episodios de su podcast Naturalmente Sascha que empezamos a perder masa muscular a partir de los 30 años aproximadamente, por el simple hecho de envejecer.

Cuando estaba en la veintena, no me tomaba el deporte muy en serio. Tengo la tendencia de priorizar las actividades intelectuales: estudiar, aprender nuevos conceptos, producir nuevas ideas... En fin, trabajar mucho. La única actividad física constante en mi vida ha sido el yoga, una práctica que descubrí a principios de mis veinte años. Mi primera clase de yoga la tuve en un estudio que se encontraba en Barquisimeto (Venezuela), detras del centro comercial Churún Merú.

El yoga para mí es todo lo que está bien. Antes de practicar soy Génesis, y luego de terminar la sesión, también soy Génesis pero calmada 😌

Sin embargo, aunque sea una actividad que trae muchos beneficios físicos y mentales, empecé a tomarme aún más en serio la recomposición corporal cuando empecé a instruirme, y a descubrir los beneficios de desarrollar masa muscular para mi bienestar físico y hormonal. ¡Jamas pensé que levantar pesas iba a tener el poder de balancear mis hormonas! El equilibrio hormonal no sólo depende del ejercicio sino también de la alimentación y del buen manejo de nuestras emociones. Aunque es un tema que me fascina, no soy experta en salud, así que no pretendo dar recomendaciones ni profundizar en estos conocimientos tan complejos.

Tal vez te preguntes por qué estoy hablando de yoga y hormonas en un blog donde me dedico a hablar en su mayoría del ámbito laboral. El impacto positivo que tiene la actividad física en mi productividad es evidente. Basta con pasar tres días sin hacer ejercicio para empezar a sentir dolor de espalda, o el cuerpo tullido por falta de movimiento.

Si en mi semana no hago espacio para por lo menos 4 horas de movimiento físico, mis tareas en la oficina se van a ver afectadas. Mi cerebro se estanca, no logro producir ideas innovadoras ni resolver problemas con enfoque. Entonces, ¿de qué me sirve estar pegada a las pantallas, si mis neuronas no logran conectar A con B?

Me tomó más de diez años entender esta evidencia. Al no haber crecido en un contexto que le diera importancia al deporte, me costó mucho tiempo darme cuenta de que moverme no es una opción, sino una prioridad. Ahora que sé que pierdo masa muscular solo por existir, aún más. Pero, ¿por qué pienso en todo esto?

Bueno, para comer y pagar mi alquiler necesito trabajar. Para trabajar, necesito estar saludable, en óptimas condiciones para producir ideas frescas y resolver problemas con agilidad. ¿Para estar saludable? Comer sano, hacer ejercicio y dormir bien. Esas son para mí las tres marías de la salud. El bonus es hacer un ayuno prolongado (24 - 36 horas) al mes, para darle descanso a mi hígado, pancreas e intestino. Pero eso es harina de otro costal, del cual no se puede abusar 😅

A medida que pasan los años, he podido probar algunas disciplinas que me aportan distintos beneficios. El yoga, por ejemplo, es excelente cuando necesito estirarme, trabajar la flexibilidad de mi cuerpo. Hacer pesas o ejercicios con el propio peso de mi cuerpo (calisténicos, por ejemplo), trabajan la fuerza y me llenan de energía al terminar la sesión.

Hay otro tipo de ejercicios de bajo impacto, como hacer pilates. Me parece que es una mezcla entre todas las actividades que he mencionado hasta ahora, y que permite trabajar flexibilidad, core y fuerza con una intensidad moderada (aún cuando la sesión pueda ser bastante exigente). Lo que me encanta de hacer pilates es que no se trata de ser la más flexible, o la más fuerte, sino de ejecutar los movimientos con precisión.

El objetivo de esta publicación es que te vayas con un regalo: una clase de pilates de nivel intermedio, sin props, de una duración de 50 minutos. Diseñar el plan de esta clase me tomó aproximadamente 4 horas de búsqueda en Youtube y en TikTok, así como también varios prompts a mi querido ChatGPT. No será la clase perfecta, pero te garantizo que te va a hacer sudar. Lo sé porque hice la clase esta mañana para ver qué tal.

Clase de pilates de 50 minutos, solo mat. Sin props


Desde que trabajo en informática, tiendo a organizar los datos en matrices de manera inconsciente. El punto positivo es que la información esta organizada de manera óptima (desde mi punto de vista, por supuesto). El punto negativo es que le dedico menos atención al diseño gráfico con el que muestro la información. 😅

En todo caso, ahí tienes mi primera clase de pilates. La planifiqué gracias a Youtube, TikTok, Pinteres y ChatGPT. Me tomé el tiempo de ilustrar algunas posturas que no son fácilmente reconocibles solo con el nombre. Te explico a continuación como está estructurada esta clase, por si el boceto no se explica lo suficientemente bien.

Primero lo primero: el dibujo representa una clase de 50 minutos, de nivel intermedio, sin props. Lo único que necesitas es un mat, una colchoneta delgada o poner una toalla en el piso. Luego, he dividido la clase en tres grandes bloques: el calentamiento, la clase per se y el estiramiento final.

El calentamiento consiste en tres ejercicios para empezar a activar el core, y despertar poco a poco los músculos. Todo durante 10 minutos.

Luego, la parte principal de la clase consta de 35 minutos, para trabajar principalmente el core de tu cuerpo, así como también algunos ejercicios para fortalecer la espalda, los músculos isquiotibiales y los glúteos. Esta parte se termina con el estiramiento de sirena (mermaid stretch), el cual es una perfecta transición para el estiramiento final.

Con una duración de 5 minutos, estiramos la columna, la cadera y la espalda. Puedes agregar al final 5 minutos de respiración, para cerrar la sesión absorbiendo todos los beneficios de esta práctica sencilla pero retadora.

Me tomé el tiempo de preparar esta rutina porque los fines de semana no me provoca entrenar pesado. Antes bien, prefiero caminar durante una hora, y realizar una sesión de yoga o pilates para reforzar mi cuerpo con ejercicios de bajo impacto.

Así llego el lunes lista a resolver todos los pendientes del trabajo 😅

No hay mente estancada en un cuerpo en movimiento.

Si te gustaría que comparta más clases de pilates, o clases de yoga, déjame un comentario, o escríbeme un correito a cachapitafrita@gmail.com.

Feliz inicio de semana 😌

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