¿Qué hago yo aquí?
Después de casi diez años de haber creado mi primer blog dedicado a la arquitectura, hoy empiezo de nuevo. Esta vez, voy a escribir sobre los temas que me apasionan, porque con el tiempo aprendí que somos más que la carrera que estudiamos. Somos más que la nacionalidad que nos otorga el país donde nacemos.
Me fui de Venezuela en 2018 para instalarme en París, Francia. Estudié, trabajé, viajé, me decepcioné, me enorgullecí, viví y amé. A veces cuando voy en el tren de camino a la oficina, me pregunto qué estoy haciendo con mi vida. Qué hago yo aquí. Son pensamientos fugaces que me atraviesan la mente, pero que hoy en día sé como responder.
¿Qué hago yo aquí? Disfrutar de la vida que me han dado. Alimentar mis pasiones. Comer rico. Respirar todo el aire de la playa. Dejarme empujar por las olas. Caminar entre los árboles para refrescar las ideas. Conectar las vivencias y encontrarle sentido a ser de aquí y de allá.
¿Te ha pasado que te sientes en el limbo del no-lugar? Eres un poquito venezolana, un poquito francesa. Ya no sabes de dónde vienes. ¿Tu identidad se desdibuja y se transforma con el paso del tiempo?
A mí me ha pasado igual. Mi identidad se ha enriquecido con las experiencias que he vivido dentro y fuera de Venezuela, y ahora no sé qué hacer con esta tela. Es inmensa, hay mucho para cortar.
¿Qué he aprendido después de casi diez años viviendo en Francia ?
Aprendí a navegar la nostalgia de tener a mi familia y amigos lejos. Los karaokes en casas de las personas queridas son recuerdos de una vida lejana y feliz. Tan lejana, que a veces me preguntó si realmente lo viví.
Aprendí que mi verdad no es la única verdad. Salir de Venezuela me ayudo a entender que hay muchas maneras de ver el mundo, y que todas las culturas tienen cosas buenas y malas. Cambié unos problemas por otros.
Aprendí que para que un país "funcione", se necesitan sistemas organizados, leyes que se hagan cumplir, sociedades ilustradas. Aun con todo esto, el éxito no está garantizado, porque somos humanos imperfectos.
Aprendí que mi salud va por encima de cualquier cosa, porque sin salud es poco lo que podemos hacer. "No hay mente estancada en un cuerpo en movimiento", como le escuché decir a Marguga en un episodio de su podcast.
Aprendí a vivir con la humildad de hablar francés con mi acento latinoamericano. Hice la paz con la dificultad de articular mis ideas en otro idioma. Acepté que la facilidad con la que improvisaba al hablar en español, la tenia que construir en francés. Y que eso tomaría tiempo.
Con lo que todavía no aprendo a vivir es con las personas que me preguntan de donde viene "mi acentico". Pero eso es harina de otro costal. Dedicaré otro post a las fricciones de ser venezolana en Francia.
Bienvenida a casa
Mi propósito con este blog es compartirte mis vivencias en Francia, contarte cómo he resuelto mis problemas. Reseñar los libros que leo, hacer tutoriales sobre las tecnologías que aprendo, o compartirte mis atuendos preferidos del utlimo desfile de The Row.
En fin, una ensalada de pasiones, para que filtres lo que necesites y hagas de este lugar tu casa.